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lunes, 30 de julio de 2018

DORMIR BAJO UN PUENTE




















La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia en #HelsinkiSummit2018 cita histórica entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aquí en el pequeño grupo de 14 corresponsales elegidos para dar seguimiento directo al presidente Putin. 






POR LA ESPIRAL
                             Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
 
 
 
-Dormir bajo un puente
 
 
 
            De acuerdo con el Banco Mundial y los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) casi 1 mil 100 millones de personas han salido de la pobreza extrema desde 1990.

            Para el organismo, además de las albricias, implica que dicho cometido se alcanzó unos años antes de 2015, fecha tope para la consecución de las pautas marcadas en los acuerdos del Milenio.

            En su corolario de 2013, analizando el contexto de la pobreza, el Banco Mundial señaló entonces que “en dicho año había 767 millones de personas que vivían con menos de 1.90 dólares al día cuando en 1990 lo hacían cerca de 1 mil 850 millones de seres humanos”.

            Ahora bien su reducción  no ha sido homogénea: se ha logrado disminuir la pobreza extrema en Asia Oriental y el Pacífico así como en Asia Meridional; en mucho menor proporción y de manera más lenta, en África sobre todo en la parte del sur hasta el Sahara. 

   Tampoco explica el organismo cómo ha sido el mecanismo utilizado para darle  un mayor acceso a mejorar su nivel de ingreso a esas más de 1 mil 100 millones de personas; no sabemos si consiguieron un trabajo estable, si entraron dentro de un programa de autocapacitación para volverse emprendedores y vivir del autoempleo; se ignora si entraron en un programa de subsidios conocido como transferencias monetarias condicionadas. 

    No sabemos qué tan real es que, en efecto, hayan abandonado el estamento más bajo de la miseria, en tal sentido amplio que, además, no sean tan vulnerables como para volver a reubicarse en éste. 

       ¿Cómo está siendo? Porque da la sensación de que no estamos mejorando socioeconómicamente hablando y lo vemos por ejemplo en países que otrora presumían de, en democracia, haber alcanzado sociedades más igualitarias como el caso de España con importantes focos de personas marginadas, excluidas, niños con problemas para comer una vez al día y muchas dificultades para las mujeres –de cualquier edad- de acceder a un puesto de trabajo estable y bien remunerado. 

     Sólo hay dos caminos para salir de la miseria, de cualquiera de sus dolorosos rostros: 1) Mediante el trabajo productivo y remunerado; 2) Mediante la intervención del Estado ya sea como ente asistencialista o bien absorbiendo el papel de la iniciativa privada y creando cooperativas, comunas, falansterios, cartillas de racionamiento etcétera.

            En el socialismo utópico diversos pensadores como Robert Owen (socialismo cooperativo) y Charles Fourier (falansterio) entre otros más idealizaron un mundo económico y social sin diferencias de clases y sin marginados. 

Un protosocialismo tan feliz que cada quien trabajaría según sus capacidades y aptitudes y se vería beneficiado del trabajo de la comunidad; es decir, implicaba cavar la tumba de la competencia, la competitividad y de la ambición.  

Dado que implicaba que se obtendría el acceso al derecho del producto de la colectividad, se fuese más o menos productivo, sin que hubiese una especie de premio para los más aventajados.
A COLACIÓN
Como economista siempre he estado convencida de que así como somos individuos dotados con nuestras propias características genéticas, así también tenemos un ADN económico que nos hace más o menos productivos, más aptos para determinados trabajos, más hábiles o no para la toma de decisiones y hasta para desarrollar cierta resiliencia. Nos condiciona como homo economicus también el ambiente de cuna y el medioambiente externo. 

En una fábrica cien individuos no tienen todos la misma capacidad de producción nunca seremos por ende iguales por dichas diferencias intrínsecas naturales; sin embargo, para eso están las políticas públicas para corregir y procurar dar igualdad.

Para mí lo más lamentable es la falta de oportunidades para todos, no tener el acceso ni a la formación ni a la educación que debería ser obligatorio en el mundo; siempre me he preguntado de cuántos maravillosos pintores nos hemos perdido, de cuántos genios del arte, de la música, de las ciencias, de las letras nos hemos perdido de conocer porque nadie les dio una oportunidad y se quedaron solos, olvidados, invisibles, viviendo debajo de un puente. 

Sin menoscabo de que, nosotros como tejido social, ya nos acostumbramos a verles, a ignorarles… en el año 2000 se hablaba de más de la mitad de la población mundial en pobreza, ahora el Banco Mundial dice que hay menos pobres aunque contradictoriamente incrementan los éxodos humanos migratorios expulsados por el hambre.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

miércoles, 25 de julio de 2018

ANDRES MANUEL: ¿PAGARÁ EL MURO?

























La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia en #HelsinkiSummit2018 cita histórica entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aquí en el pequeño grupo de 14 corresponsales elegidos para dar seguimiento directo al presidente Putin. 




POR LA ESPIRAL
                            Claudia Luna Palencia
@claudialunapale



-Andrés Manuel: ¿pagará el muro?




No es únicamente asunto de buen tino la elección de profesionistas inteligentes y probos para ocupar los máximos cargos de representación en México asimismo está la imperiosa necesidad de reforzar, con toda la caballería de habilidad necesaria, el manejo de las relaciones exteriores del país azteca.

            Tan cambiante pero al mismo tiempo preponderante se ha vuelto la agenda internacional: a tal punto que,  hoy en día, se necesita una súper secretaría, un ministerio, reforzado de gente suficientemente informada de la geopolítica y la geoeconomía a fin de evitar que México se deslice en territorio lábil en su política exterior.

            Lo que Andrés Manuel López Obrador requiere es un moderno Talleyrand así de sagaz, mordaz, suficientemente capaz de envolver y engatusar al otro; tener el suficiente carisma para inyectar de diplomacia y buen hacer a una relación entre Estados Unidos y México que se ha quedado con las venas secas.

            La diplomacia es el arte de la seducción, lo intentó desplegando todos sus encantos el presidente galo Emmanuel Macron para convencer al empecinado mandatario de Estados Unidos de permanecer en el Acuerdo del Clima, en no abandonar el Pacto Nuclear con Irán y  en no iniciar una guerra comercial.

            Todos sabemos que el delfín del Elíseo se estrelló contra la roca de Donald Trump al parecer blindado ante las cortesías y las mejores artes diplomáticas.

            En su visión obtusa el mundo es uno y no hay forma de dialogar sino es aceptando, primeramente, el criterio del magnate norteamericano; después de agachar la cabeza y asimilar sus condiciones entonces quizá haya resquicio, cierto margen, de entendimiento.

            Las relaciones entre México y Estados Unidos nunca han sido fáciles a lo largo de la historia como naciones, las denuncias acerca de las injerencias estadounidenses en la política interna del país azteca han sido múltiples y crecientes.

            De ello se quejó y varias veces, por ejemplo, el presidente Porfirio Díaz de intromisiones de parte del presidente William Howard Taft con quien por cierto se reunió en un inusual encuentro (inusual porque era raro que dos presidentes tuvieran citas bilaterales no como ahora) el 17 de octubre de 1909. Díaz acusaba al embajador norteamericano Henry Lane Wilson de mover los hilos en su contra; y no estaba errado.

            Pero hay muchas más ocasiones de intromisiones a lo largo del siglo pasado; y si el entendimiento entre la Unión Americana con Rusia pasa “por sus peores momentos” con México, la  situación está empantanada.

            El distanciamiento entre ambos presidentes, Trump y el mandatario Enrique Peña Nieto, es más que obvio y evidente, la última vez que dialogaron hace más de tres meses lo hicieron vía telefónica y el inquilino de Los Pinos volvió a refrendarle que “México no pagará el muro”; contrariado Trump le cortó la comunicación con un lapidario “bye, bye”.
            Se quedó en la congeladora una visita oficial de Trump a México y otra de Peña Nieto a Washington mientras las negociaciones del NAFTA-TLCAN corren en paralelo igualmente a trompicones muy a pesar de los enormes esfuerzos de los equipos negociadores de Economía y Comercio de México, Estados Unidos y Canadá.
A COLACIÓN
            Mi apreciación como analista internacional es  que el nuevo presidente electo López Obrador no tiene nada fácil el camino para recomponer y reencausar las relaciones bilaterales. Él tiene a su favor la frescura de estrenarse en el poder y viene con el espejismo en su cabeza de que podrá echarse a Trump al bolsillo de buenas a primeras… que hará todo lo que no hicieron ni Peña Nieto, ni sus asesores o diplomáticos.

            Mi pregunta directa a Andrés Manuel es: ¿qué baza usará para negociar ante un monigote de cartón piedra que NO dará un paso atrás en su obcecación de que México pague el muro?

            Segundo escollo, éste quizá logre evitarse: es decir, que a la mera hora no  sea incluida la famosa cláusula Sunset en el nuevo NAFTA-TLCAN  que Trump quiere incorporar a la fuerza y que implica tácitamente que cada “cinco años sea revisado el Tratado con posibilidades de darlo por terminado”.

            Con mucha habilidad, junto con la presión de Canadá, podría evitarse la cláusula Sunset; no obstante, lo que a mi entender es inamovible es que “México pagará el muro” según la actitud beligerante de Trump. Y ese simple hecho ya es de entrada un hándicap para el nuevo gobierno de López Obrador. ¿Qué baza utilizará para quitar la presión por lo del muro? Se corre el riesgo de que sea la sombra de distanciamiento permanente entre Washington y México al menos lo que dure la Presidencia del republicano.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

           




viernes, 20 de julio de 2018

TRUMP A LOS PIES DE PUTIN




















La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia en #HelsinkiSummit2018 cita histórica entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aquí en el pequeño grupo de 14 corresponsales elegidos para dar seguimiento directo al presidente Putin. 


POR LA ESPIRAL
                                               Claudia Luna Palencia
@claudialunapale



-Trump a los pies de Putin




En Europa, se han atragantado con el encuentro de Helsinki del que no salió nada en concreto para la paz global, ni para Siria, ni para Irán, ni para Corea del Norte más que relanzar a Israel, en palabras del presidente Donald Trump, como eje de la seguridad de la región.

            Guiños y más guiños para la comunidad judía ortodoxa, el votante potencial adinerado de mayor influencia en Estados Unidos, que votará en las urnas el próximo mes de noviembre cuando los ciudadanos norteamericanos vayan a elegir a sus congresistas.

Hace dos décadas hubiese sido imposible ver a la Unión Europea  (UE) buscar el cobijo geoeconómico de China y de otros países de Asia, como por ejemplo, Japón.

            También hubiese sido inimaginable siquiera que Estados Unidos buscase a Rusia como aliado; empero, el actual inquilino de la Casa Blanca ha girado la manivela del (des)equilibrio global con una rapidez inusitada: en menos de una semana, la UE pasó de ser su tradicional aliado heredado como fuerza protagónica de la Segunda Guerra Mundial, a quedar reducido a nuevo “enemigo” de la potencia norteamericana.

Hasta  China  recibió represalias el 10 de julio pasado cuando entraron en vigor los aranceles anunciados por 200 mil millones de dólares a las importaciones del gigante asiático realizadas por la Unión Americana.

La prensa europea se ha devorado al estadounidense, lo han satirizado y dejado al minúsculo papel de servidor del líder del Kremlin, que ve en su debilidad la oportunidad de desarrollar su propio plan estratégico y de poder. Si el presidente Barack Obama relegó a Rusia después de su anexión de Crimea en 2014, Trump le ha devuelto el estatus de potencia.

            Para el periódico El País “Trump se amansa ante Putin”, mientras el otro español El Mundo tituló “Trump se rinde ante Putin tras humillar a Europa”; el francés Le Monde  destacó “las relaciones peligrosas de Donald Trump y Vladimir Putin”; en tanto que, Le Figaro cuestionó si Trump en Helsinki fue débil o un negociador.

            El italiano Corriere della Sera escribió que “Trump con Putin reafirmaron que lo del FBI en el Rusiagate es una farsa”; el alemán Deustche Welle refirió que “Trump y Putin niegan al unísono injerencia en las elecciones de 2016 en EU”.

            Toda Europa se ha hecho eco de que Trump confía más en Putin que en sus propios servicios de Inteligencia, la más mordaz ha sido  la prensa británica que no ha parado en ridiculizarlo con sendas caricaturas rendido a los pies del ruso.

            Ni una palabra de los grandes frentes globales reiteró el cotidiano alemán Suddeustche Zeitung porque “Trump sólo estaba interesado en Trump”, pero ni un avance significativo para favorecer la normalidad civil en Siria a la que ahora Israel está lanzando diversas ofensivas militares bajo el pretexto de evitar que Irán controle la frontera siria cercana a Israel.

            Tampoco se habló del proteccionismo, ni del Acuerdo Nuclear con Irán recién abandonado por Trump, ni del cambio climático, de la nueva carrera armamentista y de la conquista del espacio para uso militar.
A COLACIÓN
            De vuelta a su país, el mandatario fue recibido con fuertes protestas frente a la Casa Blanca, las pancartas son claramente alusivas: “Traidor en jefe” se lee en la mayoría; mientras que el núcleo duro del Partido Republicano crítica el papel de Trump en la Cumbre de Helsinki.

            El portavoz de la Cámara de Representantes y líder republicano, Paul Ryan, matizó que estamos con nuestros aliados de la OTAN y “todos aquellos países que sufren agresiones de Rusia. Vladimir Putin no comparte nuestros valores ni nuestros intereses”.

Para Mike Turner, miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Trump está alterando la política internacional y “el presidente debe comprender que ha dañado la política exterior de Estados Unidos. Les ha dado un pase y desde luego no les está pidiendo responsabilidades por lo que están haciendo”.

            Ahora Trump se desdice y culpa a “un lapsus del lenguaje” en Helsinki ante Putin la confusión que se ha generado porque según él “tengo una confianza absoluta en las agencias de Inteligencia: “Yo acepto la conclusión de la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016, aunque no tuvieron efecto alguno en el resultado ni hubo colusión”.

Al interior de la Unión Americana ya están haciendo cuentas del trasvase de votos de los inconformes con el quehacer de Trump que militan en las filas republicanas y están sopesando que tanto puede dañar esto a los rusófobos republicanos  aunque Trump y sus alquimistas siguen apostando a que cuentan ya con el voto judío trascendental en los estados en los que hay que tener la mayoría para ganar una elección.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

           




PRESENTACIÓN DEL CLUB DE LA NAFTALINA EN SANTANDER

Vamos para Santander a la presentación de mi novela #ElClubDeLaNaftalina que tan buena acogida está teniendo en España; ya estuvimos en ...