La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia en #HelsinkiSummit2018 cita histórica entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aquí en el pequeño grupo de 14 corresponsales elegidos para dar seguimiento directo al presidente Putin.
POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Trump a los pies de Putin
En Europa, se han atragantado con el encuentro
de Helsinki del que no salió nada en concreto para la paz global, ni para
Siria, ni para Irán, ni para Corea del Norte más que relanzar a Israel, en
palabras del presidente Donald Trump, como eje de la seguridad de la región.
Guiños
y más guiños para la comunidad judía ortodoxa, el votante potencial adinerado
de mayor influencia en Estados Unidos, que votará en las urnas el próximo mes
de noviembre cuando los ciudadanos norteamericanos vayan a elegir a sus
congresistas.
Hace dos décadas hubiese sido imposible ver a
la Unión Europea (UE) buscar el cobijo
geoeconómico de China y de otros países de Asia, como por ejemplo, Japón.
También
hubiese sido inimaginable siquiera que Estados Unidos buscase a Rusia como
aliado; empero, el actual inquilino de la Casa Blanca ha girado la manivela del
(des)equilibrio global con una rapidez inusitada: en menos de una semana, la UE
pasó de ser su tradicional aliado heredado como fuerza protagónica de la
Segunda Guerra Mundial, a quedar reducido a nuevo “enemigo” de la potencia
norteamericana.
Hasta
China recibió represalias el 10
de julio pasado cuando entraron en vigor los aranceles anunciados por 200 mil
millones de dólares a las importaciones del gigante asiático realizadas por la
Unión Americana.
La prensa europea se ha devorado al estadounidense,
lo han satirizado y dejado al minúsculo papel de servidor del líder del
Kremlin, que ve en su debilidad la oportunidad de desarrollar su propio plan
estratégico y de poder. Si el presidente Barack Obama relegó a Rusia después de
su anexión de Crimea en 2014, Trump le ha devuelto el estatus de potencia.
Para el
periódico El País “Trump se amansa ante Putin”, mientras el otro español El
Mundo tituló “Trump se rinde ante Putin tras humillar a Europa”; el francés Le
Monde destacó “las relaciones peligrosas
de Donald Trump y Vladimir Putin”; en tanto que, Le Figaro cuestionó si Trump
en Helsinki fue débil o un negociador.
El
italiano Corriere della Sera escribió que “Trump con Putin reafirmaron que lo
del FBI en el Rusiagate es una farsa”; el alemán Deustche Welle refirió que
“Trump y Putin niegan al unísono injerencia en las elecciones de 2016 en EU”.
Toda
Europa se ha hecho eco de que Trump confía más en Putin que en sus propios
servicios de Inteligencia, la más mordaz ha sido la prensa británica que no ha parado en
ridiculizarlo con sendas caricaturas rendido a los pies del ruso.
Ni una
palabra de los grandes frentes globales reiteró el cotidiano alemán Suddeustche
Zeitung porque “Trump sólo estaba interesado en Trump”, pero ni un avance
significativo para favorecer la normalidad civil en Siria a la que ahora Israel
está lanzando diversas ofensivas militares bajo el pretexto de evitar que Irán
controle la frontera siria cercana a Israel.
Tampoco
se habló del proteccionismo, ni del Acuerdo Nuclear con Irán recién abandonado
por Trump, ni del cambio climático, de la nueva carrera armamentista y de la
conquista del espacio para uso militar.
A COLACIÓN
De
vuelta a su país, el mandatario fue recibido con fuertes protestas frente a la
Casa Blanca, las pancartas son claramente alusivas: “Traidor en jefe” se lee en
la mayoría; mientras que el núcleo duro del Partido Republicano crítica el
papel de Trump en la Cumbre de Helsinki.
El
portavoz de la Cámara de Representantes y líder republicano, Paul Ryan, matizó
que estamos con nuestros aliados de la OTAN y “todos aquellos países que sufren
agresiones de Rusia. Vladimir Putin no comparte nuestros valores ni nuestros intereses”.
Para Mike Turner, miembro del Comité de
Inteligencia de la Cámara de Representantes, Trump está alterando la política
internacional y “el presidente debe comprender que ha dañado la política
exterior de Estados Unidos. Les ha dado un pase y desde luego no les está
pidiendo responsabilidades por lo que están haciendo”.
Ahora
Trump se desdice y culpa a “un lapsus del lenguaje” en Helsinki ante Putin la
confusión que se ha generado porque según él “tengo una confianza absoluta en
las agencias de Inteligencia: “Yo acepto la conclusión de la injerencia de
Rusia en las elecciones de 2016, aunque no tuvieron efecto alguno en el
resultado ni hubo colusión”.
Al interior de la Unión Americana ya están
haciendo cuentas del trasvase de votos de los inconformes con el quehacer de
Trump que militan en las filas republicanas y están sopesando que tanto puede
dañar esto a los rusófobos republicanos
aunque Trump y sus alquimistas siguen apostando a que cuentan ya con el
voto judío trascendental en los estados en los que hay que tener la mayoría
para ganar una elección.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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