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miércoles, 28 de noviembre de 2018

MERCADOS NERVIOSOS: ¿SE VA EL DINERO?

























Claudia Luna Palencia  periodista y corresponsal en España y en Europa foto del 16 de noviembre 2018


POR LA ESPIRAL
                           Claudia Luna Palencia
@claudialunapale



-Mercados nerviosos: ¿se va el dinero?



            El mercado bursátil, así como el cambiario, son los peores termómetros acerca de la incertidumbre y la ansiedad de la que son víctimas los agentes económicos y financieros ante una serie de factores casi todos ligados con la falta de confianza ya sea por el contexto económico o bien por el rumbo político.

            Muchos  buitres bursátiles suelen aprovecharse de alguna de estas dos situaciones o bien de la combinación de ambas para medrar y buscar en la sacudida accionaria  pingües ganancias cortoplacistas con el menoscabo de cargarse la estabilidad.

            Esta vez el huracán no es macroeconómico, ni un hoyo en las reservas internacionales, ni el abismo de la deuda externa (también eterna) ni un shock en los petroprecios o el rebote internacional por ser una de las llamadas economías emergentes a la que casi todo le pega desde lejos como una crisis financiera en Rusia o en Thailandia.

            El remolino en estos momentos es la nueva cara del Congreso de la Unión predominantemente populista  y con las mismas condiciones el Senado de la República. Con el gran ingrediente del triunfo de Andrés Manuel López Obrador que ha venido a empoderar aún más a todas las llamadas izquierdas en México que son como sabemos muchas camarillas, unas más rojas que otras.

            Ya llegaron y ya están en el poder y ahora querrán tomar el poder para sí mismos, hasta hemos visto una transición aterciopelada e inusitada en  la que el presidente electo –elegido pero no todavía gobernante- está ejerciendo el poder.

            Eso ha provocado inquietud en los diversos agentes económicos, voy a decir, nacionales porque son los que más están manifestándose de diversas formas expresando su malestar ya sea soterradamente en círculos con reuniones en petit comité  o bien  de forma abierta y hasta con sacudidas  en la Bolsa Mexicana de Valores y en la parte monetaria en la relación del peso respecto del dólar y del euro.

            Ignoro si hay en estos momentos inversores foráneos que han decidido no invertir –momentáneamente- en México  o reinvertir si ya están en suelo azteca y han optado por mantenerse “cautos” en una posición de stand by durante 2019 a la espera de ver cómo se va desarrollando el primer año de gobierno de López Obrador y van despejándose las brumas con sus dudas tenebrosas acerca de qué pasará con el Presupuesto; y con el trato a la inversión nacional y sobre todo extranjera.

            El temor hacia una recentralización de poderes y que se orbite alrededor del  Palacio Nacional como eje único (la nueva morada de López Obrador) está molestando a muchos constitucionalistas y partidarios de una democracia  con poderes perfectamente delineados, separados entre sí y con una República en la que sus 32 estados gozan de una plenitud  legal y federal.

        Hay irritación además por el manoseo en las consultas populares: más allá de los  memes se ha vuelto un cachondeo nacional pero también internacional, y déjeme decirle amigo lector, que en tiempos graves de gran complejidad nacional e internacional un gobernante en funciones pierde seriedad interna y externa si de  todooo pretende recabar la voz de la gente en medio de un desaseo, tanto en el control, como en la gestión de las opiniones.
A COLACIÓN
            Nuevamente, la Bolsa Mexicana de Valores se desplomó y esta vez cayó un 4.17%, definitivamente noviembre no ha sido su mes, ya en la primera semana retrocedió un 5.81 por ciento.

            ¿Lo es por la macroeconomía? No, sucede por el efecto político provocado por lo que se atisba en el renglón financiero, ¿hasta dónde meterá mano el gobierno lopezobradorista como regulador de las relaciones económicas y financieras entre los participantes del mercado?

          Que emanen ideas, desde diversas fuerzas de izquierda más o menos recalcitrantes, como la eliminación de las comisiones bancarias o utilizar las reservas internacionales del país como fondo social para subsidiar programas o inclusive expropiar el dinero del ahorro para el retiro de los fondos privados para usar ese dinero de caudal público… todo ello envía la peor de las señales negativas de que en cualquier momento pueden desaparecer las condiciones imperantes.

            Lo voy a dejar anotado para otra columna, ¿cuánto dinero, divisas, están saliendo ya de México por el temor a López Obrador y que de un momento para otro cuajen algunas de estas propuestas? Vamos a darle seis meses para ver la evolución del flujo.

            Por lo pronto, si le puedo decir amable lector que dos grupos inversores mexicanos han desembarcado con fuerza en España (¿casualidad?) primero lo hizo el grupo Zena-Alsea, presidido por Alberto Torrado, que adquirió el 100% de Grupos Vips, una operación de 500 millones de euros; prácticamente el nuevo grupo controlará en el mercado ibérico diez marcas altamente consumibles: Fosters Hollywood, Vips, Domino’s Pizza, Starbucks, Ginos, Burger King, Fridays, La Vaca, Cañas y Tapas y Wagamama.

            Y esta semana también nos hemos enterado de otro bombazo: RLH Properties  y BK Partners anunciaron la compra del emblemático  hotel Villa Magna, el tercer hotel de mayor raigambre  y lujo en Madrid después del Ritz (en remodelación) y del Palace (el favorito del ex presidente Vicente Fox y su esposa Marta).

El costo de la operación supone 210 millones de euros y los mexicanos inversores son Jerónimo Bremer, presidente del Comité Ejecutivo de RLH y Borja Escalada, socio fundador de BK Partners.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

           





miércoles, 21 de noviembre de 2018

AMLO, LA GALLINA Y EL HUEVO


























Claudia Luna Palencia periodista y corresponsal en España y Europa foto del 16 de noviembre de 2018






           

POR LA ESPIRAL
                                Claudia Luna Palencia
@claudialunapale



-AMLO, la gallina y el huevo


            Quedan pocos días para que Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, tome posesión al frente de la Presidencia y se inicie oficialmente lo que él llama como “la cuarta transformación” de México.

            Aunque ya prácticamente gobierna desde hace un par de meses en que el presidente actual, Enrique Peña Nieto, decidió cederle  espacio político y de poder; un hecho inédito en anteriores cambios de gobierno presidencial  tanta cortesía de Peña Nieto para con un contrincante de otro partido político.

            Si lo observamos por el lado del crisol de los inversores nacionales pero sobre todo internacionales, lo positivo de esta “transición de seda” es el mensaje que hay en fondo de la botella que intenta apaciguar los ánimos para evitar una salida de inversiones y capitales so pena de seguir castigando más el tipo de cambio del peso frente al dólar y el euro; y encima crear una gravísima crisis de confianza que nadie, pero nadie, deseamos. Ya vimos lo que ha pasado con el tema del Aeropuerto.

            La gran duda hasta el momento es qué Andrés Manuel veremos en el ejercicio del poder, ¿el pragmático o el populista? Algunos lectores contestarán rápidamente que el populista, empero, recordemos que han pasado trece años desde la última vez que él desempeñó un cargo electo cuando fungió como jefe de Gobierno del Distrito Federal.

            Y que durante prácticamente dos sexenios si bien se dedicó a recorrer la geografía patria llegando a conocer al México profundo -como ningún otro político ha tenido la oportunidad de hacerlo-, en todo ese tiempo México ha continuado con su dinámica económica sumergido en un caleidoscopio internacional que también lleva su ritmo trepidante.
            Hay quienes dicen “vamos a darle una oportunidad” y esa ya se la dieron millones de votos a su favor, los votos del hartazgo de la generación Millennial que pudiendo tener una mejor calidad de vida que sus padres y que sus abuelos no la consiguen porque sus oportunidades laborales y de ingresos son peores  respecto de los primeros y de los segundos.

            ¿Un populista ejerciente? Aquí el mayor respaldo, de comportarse así, lo buscará en las masas más desfavorecidas que en el país son más de 50 millones de personas, peligroso asunto si es el discurso del odio el que se recita y entonces se fomenta la división y el rencor social como ha sucedido en Venezuela para no ir más lejos.

          Yo creo que López Obrador será más bien pragmático querrá obras vistosas y hacer cosas que la gente pueda ver para diferenciarse del anterior sexenio así como de muchos otros más.

            Que en la época de los plebiscitos y los referéndums hará uso de éstos  hasta el cansancio, pero eso no lo hace populista per se, en Europa recurren frecuentemente a los referendos: Suiza por estos días tendrá uno más para preguntarle a la gente si quieren que el derecho suizo se aplique por encima de todo “hasta cuando contraviene a las leyes internacionales”.
A COLACIÓN
            A mí lo que realmente me preocupa es que él, aupado por su equipo más cercano empiece a tener ideas económicas “geniales”, la economía no es como las matemáticas  ciencia exacta en la que el orden de los factores no altera el producto; en economía desordenarlos provocaría además un caos previsible e imprevisible partiendo de que la ciencia económica habla de dinero sí, pero también de sus relaciones con las personas y sus actividades económicas y hasta con sus gustos más subjetivos e irracionales.

            Esa es la parte inquietante llegar a creerse Dios para maniobrar por ejemplo en variables que él considera pueden reducir la pobreza de forma rápida y en contraparte únicamente tener un espejo de bienestar que puede ser tan real como si fuese una visión en el desierto.

      La pobreza es una variable con múltiples condicionantes como caldo de cultivo para permitir que surja y no depende únicamente de la elevación del salario  mínimo, ¿qué fue primero la gallina o el huevo? Tampoco se rompe a base de subsidios se ha demostrado que sin acceso a educación, a formación, a servicios públicos de sanidad, a un empleo formal con las prestaciones de la ley aunado a la inclusión en los servicios financieros (formación de cadena ahorro y acceso a préstamos) la pobreza no se rompe generacionalmente.

         Si el nuevo presidente recurre a la táctica de elevación del salario junto con un mayor dispendio de subsidios para la pobreza sin crear una verdadera cadena de acción para, en efecto, permitir que cada vez más pobres accedan a la clase media tendremos entonces otros seis años desperdiciados y peor todavía se habrán trastocado otras variables económicas provocando perjuicios indeseados.

            Nunca será fácil ejercer el poder, porque la realidad es siempre una muralla fría y dura, lo importante es tener el conocimiento acerca de lo que se quiere hacer y rodearse de gente que también conozca lo mejor posible del tema porque la ignorancia es un arma peligrosa y en economía implica fuga de capitales, crisis de confianza más volatilidad.

            Esperemos con esperanza que en el nuevo sexenio  que está por comenzar prevalezca la razón sobre del corazón, que yo prefiero a un López Obrador pragmático que populista que sepa unir los intereses de todos los mexicanos hacia un mismo lindero: hacer de México una economía más incluyente y equitativa. Veamos pues…

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

PRESENTACIÓN DEL CLUB DE LA NAFTALINA EN SANTANDER

Vamos para Santander a la presentación de mi novela #ElClubDeLaNaftalina que tan buena acogida está teniendo en España; ya estuvimos en ...