La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia en #HelsinkiSummit2018 cita histórica entre el presidente Donald Trump y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Aquí en el pequeño grupo de 14 corresponsales elegidos para dar seguimiento directo al presidente Putin.
POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Andrés Manuel: ¿pagará el
muro?
No es únicamente asunto de buen tino la
elección de profesionistas inteligentes y probos para ocupar los máximos cargos
de representación en México asimismo está la imperiosa necesidad de reforzar,
con toda la caballería de habilidad necesaria, el manejo de las relaciones
exteriores del país azteca.
Tan
cambiante pero al mismo tiempo preponderante se ha vuelto la agenda
internacional: a tal punto que, hoy en
día, se necesita una súper secretaría, un ministerio, reforzado de gente suficientemente
informada de la geopolítica y la geoeconomía a fin de evitar que México se
deslice en territorio lábil en su política exterior.
Lo que
Andrés Manuel López Obrador requiere es un moderno Talleyrand así de sagaz,
mordaz, suficientemente capaz de envolver y engatusar al otro; tener el
suficiente carisma para inyectar de diplomacia y buen hacer a una relación
entre Estados Unidos y México que se ha quedado con las venas secas.
La
diplomacia es el arte de la seducción, lo intentó desplegando todos sus
encantos el presidente galo Emmanuel Macron para convencer al empecinado
mandatario de Estados Unidos de permanecer en el Acuerdo del Clima, en no
abandonar el Pacto Nuclear con Irán y en
no iniciar una guerra comercial.
Todos
sabemos que el delfín del Elíseo se estrelló contra la roca de Donald Trump al
parecer blindado ante las cortesías y las mejores artes diplomáticas.
En su
visión obtusa el mundo es uno y no hay forma de dialogar sino es aceptando,
primeramente, el criterio del magnate norteamericano; después de agachar la
cabeza y asimilar sus condiciones entonces quizá haya resquicio, cierto margen,
de entendimiento.
Las
relaciones entre México y Estados Unidos nunca han sido fáciles a lo largo de
la historia como naciones, las denuncias acerca de las injerencias
estadounidenses en la política interna del país azteca han sido múltiples y
crecientes.
De ello
se quejó y varias veces, por ejemplo, el presidente Porfirio Díaz de
intromisiones de parte del presidente William Howard Taft con quien por cierto
se reunió en un inusual encuentro (inusual porque era raro que dos presidentes
tuvieran citas bilaterales no como ahora) el 17 de octubre de 1909. Díaz acusaba
al embajador norteamericano Henry Lane Wilson de mover los hilos en su contra;
y no estaba errado.
Pero hay
muchas más ocasiones de intromisiones a lo largo del siglo pasado; y si el
entendimiento entre la Unión Americana con Rusia pasa “por sus peores momentos”
con México, la situación está
empantanada.
El
distanciamiento entre ambos presidentes, Trump y el mandatario Enrique Peña
Nieto, es más que obvio y evidente, la última vez que dialogaron hace más de
tres meses lo hicieron vía telefónica y el inquilino de Los Pinos volvió a
refrendarle que “México no pagará el muro”; contrariado Trump le cortó la
comunicación con un lapidario “bye, bye”.
Se quedó
en la congeladora una visita oficial de Trump a México y otra de Peña Nieto a
Washington mientras las negociaciones del NAFTA-TLCAN corren en paralelo
igualmente a trompicones muy a pesar de los enormes esfuerzos de los equipos
negociadores de Economía y Comercio de México, Estados Unidos y Canadá.
A COLACIÓN
Mi
apreciación como analista internacional es
que el nuevo presidente electo López Obrador no tiene nada fácil el
camino para recomponer y reencausar las relaciones bilaterales. Él tiene a su
favor la frescura de estrenarse en el poder y viene con el espejismo en su
cabeza de que podrá echarse a Trump al bolsillo de buenas a primeras… que hará
todo lo que no hicieron ni Peña Nieto, ni sus asesores o diplomáticos.
Mi
pregunta directa a Andrés Manuel es: ¿qué baza usará para negociar ante un
monigote de cartón piedra que NO dará un paso atrás en su obcecación de que
México pague el muro?
Segundo
escollo, éste quizá logre evitarse: es decir, que a la mera hora no sea incluida la famosa cláusula Sunset en el
nuevo NAFTA-TLCAN que Trump quiere
incorporar a la fuerza y que implica tácitamente que cada “cinco años sea
revisado el Tratado con posibilidades de darlo por terminado”.
Con
mucha habilidad, junto con la presión de Canadá, podría evitarse la cláusula
Sunset; no obstante, lo que a mi entender es inamovible es que “México pagará
el muro” según la actitud beligerante de Trump. Y ese simple hecho ya es de
entrada un hándicap para el nuevo gobierno de López Obrador. ¿Qué baza utilizará
para quitar la presión por lo del muro? Se corre el riesgo de que sea la sombra
de distanciamiento permanente entre Washington y México al menos lo que dure la
Presidencia del republicano.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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