Claudia Luna Palencia periodista y corresponsal en España y en Europa foto del 16 de noviembre 2018
POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Mercados nerviosos: ¿se
va el dinero?
El
mercado bursátil, así como el cambiario, son los peores termómetros acerca de
la incertidumbre y la ansiedad de la que son víctimas los agentes económicos y
financieros ante una serie de factores casi todos ligados con la falta de
confianza ya sea por el contexto económico o bien por el rumbo político.
Muchos buitres bursátiles suelen aprovecharse de
alguna de estas dos situaciones o bien de la combinación de ambas para medrar y
buscar en la sacudida accionaria pingües
ganancias cortoplacistas con el menoscabo de cargarse la estabilidad.
Esta vez
el huracán no es macroeconómico, ni un hoyo en las reservas internacionales, ni
el abismo de la deuda externa (también eterna) ni un shock en los petroprecios
o el rebote internacional por ser una de las llamadas economías emergentes a la
que casi todo le pega desde lejos como una crisis financiera en Rusia o en
Thailandia.
El
remolino en estos momentos es la nueva cara del Congreso de la Unión
predominantemente populista y con las
mismas condiciones el Senado de la República. Con el gran ingrediente del
triunfo de Andrés Manuel López Obrador que ha venido a empoderar aún más a
todas las llamadas izquierdas en México que son como sabemos muchas camarillas,
unas más rojas que otras.
Ya
llegaron y ya están en el poder y ahora querrán tomar el poder para sí mismos,
hasta hemos visto una transición aterciopelada e inusitada en la que el presidente electo –elegido pero no
todavía gobernante- está ejerciendo el poder.
Eso ha
provocado inquietud en los diversos agentes económicos, voy a decir, nacionales
porque son los que más están manifestándose de diversas formas expresando su
malestar ya sea soterradamente en círculos con reuniones en petit comité o bien
de forma abierta y hasta con sacudidas
en la Bolsa Mexicana de Valores y en la parte monetaria en la relación
del peso respecto del dólar y del euro.
Ignoro
si hay en estos momentos inversores foráneos que han decidido no invertir
–momentáneamente- en México o reinvertir
si ya están en suelo azteca y han optado por mantenerse “cautos” en una posición
de stand by durante 2019 a la espera de ver cómo se va desarrollando el primer
año de gobierno de López Obrador y van despejándose las brumas con sus dudas
tenebrosas acerca de qué pasará con el Presupuesto; y con el trato a la
inversión nacional y sobre todo extranjera.
El temor
hacia una recentralización de poderes y que se orbite alrededor del Palacio Nacional como eje único (la nueva
morada de López Obrador) está molestando a muchos constitucionalistas y
partidarios de una democracia con poderes
perfectamente delineados, separados entre sí y con una República en la que sus
32 estados gozan de una plenitud legal y
federal.
Hay
irritación además por el manoseo en las consultas populares: más allá de
los memes se ha vuelto un cachondeo nacional
pero también internacional, y déjeme decirle amigo lector, que en tiempos
graves de gran complejidad nacional e internacional un gobernante en funciones
pierde seriedad interna y externa si de todooo pretende recabar la voz de la gente en
medio de un desaseo, tanto en el control, como en la gestión de las opiniones.
A COLACIÓN
Nuevamente,
la Bolsa Mexicana de Valores se desplomó y esta vez cayó un 4.17%,
definitivamente noviembre no ha sido su mes, ya en la primera semana retrocedió
un 5.81 por ciento.
¿Lo es por la macroeconomía? No,
sucede por el efecto político provocado por lo que se atisba en el renglón
financiero, ¿hasta dónde meterá mano el gobierno lopezobradorista como
regulador de las relaciones económicas y financieras entre los participantes
del mercado?
Que
emanen ideas, desde diversas fuerzas de izquierda más o menos recalcitrantes, como
la eliminación de las comisiones bancarias o utilizar las reservas
internacionales del país como fondo social para subsidiar programas o inclusive
expropiar el dinero del ahorro para el retiro de los fondos privados para usar
ese dinero de caudal público… todo ello envía la peor de las señales negativas
de que en cualquier momento pueden desaparecer las condiciones imperantes.
Lo voy a
dejar anotado para otra columna, ¿cuánto dinero, divisas, están saliendo ya de
México por el temor a López Obrador y que de un momento para otro cuajen algunas
de estas propuestas? Vamos a darle seis meses para ver la evolución del flujo.
Por lo
pronto, si le puedo decir amable lector que dos grupos inversores mexicanos han
desembarcado con fuerza en España (¿casualidad?) primero lo hizo el grupo
Zena-Alsea, presidido por Alberto Torrado, que adquirió el 100% de Grupos Vips,
una operación de 500 millones de euros; prácticamente el nuevo grupo controlará
en el mercado ibérico diez marcas altamente consumibles: Fosters Hollywood,
Vips, Domino’s Pizza, Starbucks, Ginos, Burger King, Fridays, La Vaca, Cañas y
Tapas y Wagamama.
Y esta
semana también nos hemos enterado de otro bombazo: RLH Properties y BK Partners anunciaron la compra del
emblemático hotel Villa Magna, el tercer
hotel de mayor raigambre y lujo en
Madrid después del Ritz (en remodelación) y del Palace (el favorito del ex
presidente Vicente Fox y su esposa Marta).
El costo de la operación supone 210 millones
de euros y los mexicanos inversores son Jerónimo Bremer, presidente del Comité
Ejecutivo de RLH y Borja Escalada, socio fundador de BK Partners.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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