Claudia Luna Palencia corresponsal y periodista en #HelsinkiSummit 2018
POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-AMLO quiere un tren
México
con sus 31 estados, más la Ciudad de México, como capital tiene un enorme
déficit en comunicaciones terrestres que obligan a la gente (que puede pagarlo)
a depender de los altos precios nacionales e internacionales de los billetes de
avión.
Cuando
Andrés Manuel López Obrador estaba al frente de la Jefatura de Gobierno del
Distrito Federal le llovieron críticas por tomar la decisión de construir la
importante obra urbana del segundo piso tan necesaria para descongestionar un
poco la gran metrópoli que ya a principios de 2000 era asfixiante.
Se
imaginan casi veinte años después, ¿cómo estaría la Ciudad de México sin ése
segundo nivel? Yo quiero aclarar que, esta columna, no la estoy escribiendo
porque estoy a favor de López Obrador o pretenda quedar bien con él… yo estoy a
favor de la obra pública, de la infraestructura, de los grandes proyectos de
ingeniería que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida.
Yo
recuerdo que en aquellos años se fustigó que en el primer terremoto se caería
encima y sería una tragedia, hubo toda una jauría de la oposición enconada
porque por fin alguien daría la orden de ejecutar un proyecto relevante.
Como
sabemos no ha dejado de temblar ni de haber sismos ni lamentables terremotos y
el segundo piso sigue en pie, y eso ya proporciona cierta tranquilidad; hasta
en países que se ufanan de ser más desarrollados los puentes se caen solos como
en Italia que, desde 2004 a la fecha, un total de once puentes se han
desplomado por diversas circunstancias… como el de ayer en Génova.
Ya en su
papel de presidente electo –aunque todavía no en funciones- López Obrador
madura diversas ideas que necesariamente requerirán de números, de planes, de
planos cartográficos y de esquemas de ingeniería así como de contratar a
empresas experimentadas.
Por
ejemplo, en construir trenes pero trenes de verdad, esto es, de alta velocidad
aquellos que superan los 300 kilómetros por hora como en Europa y muchos otros
países de Asia.
El
atraso en la infraestructura de comunicaciones terrestres es una tónica que
marca a toda América, se ha dejado en el olvido, frustrado ante el tamaño del
territorio.
El Tren
Interurbano México-Toluca viajará a 160 kilómetros por hora no quisieron
apostar por la alta velocidad porque el costo del proyecto se desbordaba, la
inversión muy posiblemente era irrecuperable porque el precio de los boletos
desde luego implicaba un costo que sobrepasaba la capacidad económica del
pasajero promedio que utilizará el interurbano.
Ese es
el problema de la alta velocidad: la inversión y el retorno en el tiempo aunado
a sostener una rentabilidad vía su utilización masiva y el pago de los
billetes.
En el
momento de los números es cuando la gente se asusta: le pasó al entonces
presidente Vicente Fox quien llegó a mascullar la idea de los trenes de alta
velocidad de Querétaro a Ciudad de México y también de la ruta del sureste;
luego le pasó por la mente también a Felipe Calderón y hasta se reunió con
empresas ibéricas especializadas en la materia, y cuando miró la cantidad de
ceros en el papel se echó para atrás.
A COLACIÓN
Andrés
Manuel quiere un tren, y lo hace pensando con nostalgia en el sureste, que es
también el imán fundamental de muchos turistas nacionales pero sobre todo
internacionales.
El
incipiente plan en sus manos habla de detonar más el turismo vertebrando Chichén
Itzá, Palenque, Calakmul, Tulum y Cancún y se refiere a un tren turístico que
suena como a un Chepe pero del sur.
Vamos
que tampoco es la alta velocidad y vaya que hay mucha diferencia entre una
liebre y un correcaminos y en pleno siglo XXI el tiempo sigue siendo dinero, un
viajero lo sabe significativamente pero igualmente una persona de negocios.
La alta
velocidad permite interconectar ciudades y destinos acortando distancias y al
hacerlo lleva progreso; al usuario le proporciona distintas opciones de
traslado a fin de romper con el oligopolio del transporte aéreo persistente en
el país azteca. ¿Quién será finalmente el presidente que se atreva con ella?
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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