POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Todos contra Trump
El pasado 19 de mayo, Washington y Beijing,
acordaron renunciar ambos a la política de sanciones arancelarias bajo el
compromiso chino de incrementar sus importaciones de productos e hidrocarburos
estadounidenses.
Empero, el presidente Donald Trump no duró ni diez días convencido y al final,
otra vez de forma unilateral, decidió sostener los reajustes arancelarios
anunciados en abril pasado: sancionar a China con impuestos ad valorem (hasta
por 150 mil millones de dólares) en una amplia serie de productos y servicios,
como represalia al anuncio de
gravar 128 artículos estadounidenses
agropecuarios con aranceles de entre el 15% al 25% por un valor de 3 mil millones de dólares; y
otros más con el 25% a 106 productos estadounidenses hasta
sumar los 50 mil millones de dólares.
Igual sin precedentes: la Casa Blanca ventiló
que extenderá también los aranceles al
acero y al aluminio para los 28 países de la Unión Europea (UE), México y
Canadá sus dos socios tradicionales de la Unión Americana con el TLCAN, todavía
en proceso de renegociación.
En
Europa han saltado todas las alarmas y desde Bruselas, Jean Claude Juncker,
presidente de la Comisión Europea, advirtió que no se quedarán cruzados de
brazos y responderán una por una a cada
provocación del otro lado del Atlántico gravando sus artículos y servicios con
la misma intensidad.
"Estoy preocupado por esta decisión. La
UE cree que estas tarifas unilaterales de los Estados Unidos no tienen
justificación y van en contra de las normas de la Organización Mundial del
Comercio. Esto es proteccionismo, puro y simple. Nos hemos comprometido
continuamente con Estados Unidos, a todos los niveles posibles, para abordar
conjuntamente el problema del exceso de capacidad en el sector siderúrgico. El
exceso de capacidad sigue siendo el núcleo del problema y la UE no es la fuente
sino al contrario, se ve igualmente dañada por ello. Hemos indicado
constantemente nuestra disposición a debatir formas de mejorar las relaciones
comerciales bilaterales con Estados Unidos pero también hemos dejado en claro
que la UE no negociará bajo amenazas”, aseveró Juncker.
Pero a Trump, no le importa abrir más el
melón, desgajarlo a rebanadas de tensión, ya China se quejó ante la OMC y los
europeos preparan asimismo una batería legal ante el organismo mediador.
Además de un ristra de aranceles contra varias
mercancías made in USA por un valor de 3 mil 500 millones de dólares; la lista
de las mercancías que serán gravadas al alza son: las motos Harley Davidson, el
bourbon, la mantequilla de cacahuete,
los arándanos, los pantalones Levi´s y el zumo de naranja; entre otros muchos
más artículos.
Aunque es tan sólo el principio de los
ríspidos meses por venir, la UE está desbordada por la cantidad de asuntos –y
la premura- que brotan como hiedra, un problema tras otro obligándole a
posicionarse como bloque.
A la vuelta de la esquina le viene encima el
restablecimiento de las sanciones (de
2012) de parte del Departamento del Tesoro para las empresas, personas físicas
y morales que sigan sosteniendo nexos comerciales y de negocios con Irán, a
partir de septiembre próximo; la Casa Blanca rompió unilateralmente su
participación en el Tratado Nuclear justificando que no evita la posible
fabricación de una bomba atómica ni aborda el tema de los misiles.
A COLACIÓN
Hace
unas columnas atrás le comenté, amigo lector, de los negociaciones a
contrarreloj llevadas a cabo por los equipos de Economía en Washington para
sacar avante el nuevo texto del NAFTA-TLCAN, dejarlo al menos firmado antes de
las elecciones del 1 de julio para luego descansar en manos de los respectivos
congresos de Estados Unidos, Canadá y desde luego México.
En el
último trimestre está cerrado el teléfono entre la Casa Blanca y Los Pinos no
hay línea de diálogo binacional porque
Trump, siempre obcecado, vuelve a insistir con el tema del largo muro
fronterizo “que será pagado por México”.
En esas
circunstancias no es que únicamente sea inviable el diálogo entre el presidente
Enrique Peña Nieto y su homólogo norteamericano, es que amenaza con volverse de
piedra… si Andrés Manuel López Obrador gana la Presidencia, la probabilidad de
azotarle la puerta en las narices a Trump es elevadísima; como elevadísimas son
las posibilidades de que, digámoslo, de una vez no haya más NAFTA-TLCAN.
Sí, es
mejor que lo vayamos asumiendo como un proceso de catarsis nacional: para
Trump la renegociación es tiempo
quemado, para él son los estertores del mismo porque no lo quiere y punto. Y
con AMLO el entendimiento será escaso y con MORENA dominando en el Congreso no
pasará el NAFTA-TLCAN en caso, de que algún día, se llegue a buen puerto en la renegociación.
El
Tratado está herido de muerte, no va a prosperar porque tanto Canadá como
México, tienen dignidad y ninguno de los dos países va a permitir una cláusula
deshonrosa que adhiere la incertidumbre a su libre comercio como Trump pretende
que cada cinco años sea renegociado el NAFTA-TLCAN. De eso a que no haya más
acuerdo es mejor esto último ningún empresario querrá invertir bajo esa bruma
quinquenal.
Ahora
bien que lo sepan los norteamericanos:
su próxima gran recesión la está labrando, semilla por semilla, su flamante
presidente pelirrubio, de corto talante pero aplaudido por el ciudadano
promedio estadounidense. ¡Y entonces no les salvaremos ni China, ni México, ni
Canadá, ni la Unión Europea, ni Rusia!
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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