POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Trastornos en los
mercados
La
geopolítica del caos está trastornando a los mercados financieros, el temor en
este momento es que su durabilidad e intensidad en el tiempo termine trastocando
diversas variables de la macroeconomía en los países más expuestos.
El mejor
de los escenarios económicos para 2018 proyectado por el Fondo Monetario Internacional
(FMI) se encuentra tirado en una hoguera improvisada convertido en un leño ardiente
haciendo su combustión al ritmo de los acontecimientos cotidianos.
El melón
está abierto por completo, y todo puede suceder en la medida que se van
entremezclando los sentimientos, las dudas, las amenazas y sobre todo la
desconfianza.
Sí, hay
que subrayarlo, en este análisis: la política perversamente unilateral y
grosera de la nueva visión hacia el exterior y sus relaciones internacionales
implementadas desde Washington ha fragmentado el pacto de caballeros, es decir,
se ha cargado los pilares de la confianza, del respeto hacia el otro y hacia la
credibilidad a la palabra dada y firmada que en diplomacia vale su peso en oro.
Muy
posiblemente el minúsculo grupo de confianza del presidente Donald Trump no lo
esté valorando, no observe sus consecuencias a mediano plazo, fundamentalmente
si es que el magnate cumple con sus pretensiones de presentarse por un segundo mandato; una
reelección que le metería en la Casa Blanca hasta 2025.
Después
de la rabieta (de su salida a las malas del Pacto Nuclear) con Irán,
francamente, cómo se va a entender en sus relaciones internacionales en los
años que restan tanto con las grandes potencias como con los países emergentes
pivotes del equilibrio y del consenso global. ¿Cómo le hará?
Claro
porque puede que, lo que hoy asuma como un compromiso, pasado mañana de buenas
a primeras se desdiga, lo desconozca o simplemente retire a su país sin
mediarlo con nadie más ni respetar las
cláusulas pequeñas.
El que
se diluyan las bases de esa confianza no únicamente desata efectos geopolíticos,
sino igualmente geoeconómicos… partamos del ejemplo de Irán: el país de los
ayatolás tenía un bloqueo económico de casi cuatro décadas, después de signado
el Pacto Nuclear en Viena en 201 tanto la ONU, Estados Unidos como la Unión
Europea (UE) acordaron levantarle las sanciones a cambio de la
desnuclearización limitada, controlada y en observancia de la OIEA.
Gracias
a ello no únicamente se han restablecido nexos comerciales, sino también
empresariales, muchas empresas privadas han visto la forma de cómo hacer
negocios con Irán.
Por
mencionar algunas con contratos con la república islámica encontramos a Airbus,
GE, Volkswagen, Renault, Nissan, Boeing, Meliá y otras muchas más; Boeing tiene un contrato cercano a los
20 mil millones de dólares para modernizar la flota de la aviación aérea civil
de Irán y Airbus otro más por 10 mil
millones de dólares por la venta de 100 aviones.
Estos
contratos que ya están en marcha se han quedado entre la espada y la pared por
la decisión repentina del presidente Trump de abandonar unilateralmente el
pacto ante el asombro de los otros países avalistas y firmantes como son
Francia, Reino Unido, Alemania, China, Rusia y también la UE.
El Departamento del Tesoro de Estados
Unidos ha dado un plazo de hasta 180 días para cortar todo tipo de relaciones
económicas con los iraníes porque después de ese tiempo límite empezará a
aplicar una serie de sanciones contra las empresa con nexos con Irán. Y la
amenaza también busca afectar a personas físicas y morales.
La UE valientemente
ha decidido no jugarse su credibilidad y al parecer cortará su cordón umbilical
de Washington, ya estudia los mecanismos para proteger a sus empresarios que
desde hace meses tienen negocios en desarrollo en Irán y que, en obvias
circunstancias, no pueden salir corriendo no nada más porque deshacer este tipo
de inversiones es complicado (no son especuladores bursátiles) también son personas serias.
A COLACIÓN
Toda
esta lamentable mescolanza va colándose a los mercados haciendo ruido,
azuzando los indicadores, inyectando
nuevas dosis de nerviosismo porque en los parqués bursátiles dicha incertidumbre
termina lastrando los sectores más expuestos a Irán y a las sanciones
anunciadas.
Después
está el precio del petróleo, una de las grandes variables fundamentales para las economías del orbe al momento de elaborar
sus respectivos presupuestos anuales.
Sobre
todo si se es un país importador de hidrocarburos el impacto negativo será
mayor, aunque en una aldea global tan interrelacionada, nadie queda exento
–séase o no importador neto o exportador neto- y es que termina infiltrándose
por diversas vías por la interrelación comercial y al final le pega al
consumidor de a pie y eleva la inflación.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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