POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-EUA estrangula a los
europeos
En los últimos meses, Estados Unidos ha
renunciado al Acuerdo del Clima de París
(COP21); al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y más
recientemente –el 8 de mayo- abandonó el
tratado nuclear con Irán.
Trump ha
lanzado el miedo esparciéndolo por el globo terráqueo como si fuese un confeti
macabro al arbitrio de sus caprichos matutinos en los que además mantiene
inmiscuidos (y en vilo) a media docena de líderes circunstancialmente
involucrados ya sea por la política proteccionista estadounidense, o por Siria,
Irán, Corea del Norte o bien por su abierto cobijo a Israel tras decidir el
traslado de la embajada americana hacia Jerusalén.
Ante lo precipitado de los acontecimientos, en
los últimos diez días hasta Washington se han desplazado -cada uno por su
cuenta- los dignatarios de Francia y Alemania así como el ministro de Exteriores
de Reino Unido, Boris Johnson, con la finalidad de “convencer” y “atemperar” el
criterio de Trump obsesionado con acorralar a Irán y dejar el acuerdo
multilateral firmado en 2015.
Finalmente
el presidente Trump lo hizo efectivo el martes 8 de mayo presentando una
enmienda que echa por tierra su pertenencia al Plan de Acción Conjunto y
Completo (JCPOA, por su siglas en
inglés) fruto del éxito de la conciliación y la diplomacia de los cinco países
con asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU: Reino Unido,
Francia, Alemania, Rusia, China al que
se añadió la Unión Europea (UE) para sentar en la misma mesa a Estados
Unidos y a Irán.
El
acercamiento medular del 14 de julio de 2015 (en Viena, Austria) implicó un
Pacto Nuclear con Irán comprometiéndose con una serie de puntos irreversibles y
estrictos en su programa de enriquecimiento de uranio y plutonio a cambio de
lograr el desbloqueo económico, comercial, de flujo de inversiones y
financiero.
El
clérigo reformista Hassan Rohani (reelecto en mayo pasado para un segundo
periodo al frente del gobierno persa) argumenta ante los ultraconservadores de
su país, la necesidad de llevar a cabo una serie de cambios en pro de la
apertura y lograr mayores ventajas económicas, para una nación sumida en un
largo bloqueo de casi cuatro décadas.
El compromiso iraní se basa en un proceso de
desnuclearización limitado: 1) Antes de julio de 2015, Irán tenía cerca de 20
mil centrífugas para enriquecer uranio
en secreto, gracias al JCPOA han reducido a 60 centrífugas y la acumulación de uranio pasó únicamente a
300 kilogramos para los próximos 15 años; 2) Irán no construirá reactores
nucleares de agua ni otros que pudieran usar plutonio en los próximos 15 años;
3) queda sujeto a permanentes inspecciones por parte del Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) a fin de verificar el cumplimiento de
las cláusulas de desnuclearización y evitar la fabricación de una bomba atómica
en secreto; y 4) tanto la ONU, como Estados
Unidos y la UE acordaron levantar las
sanciones económicas.
Para
Trump el pacto es “horroroso” en parte porque “no se puede negociar con un país
que financia el terrorismo” como lo hace según él apadrinando al movimiento
chiita Hezbolá en el Líbano y al movimiento de resistencia palestina Hamás
convertido en organización política.
A COLACIÓN
Inmediatamente
el primero en reaccionar ha sido el
expresidente Barack Obama, claramente protagonista indiscutible en el acuerdo
con Irán, desde su despacho envió un comunicado en el que insistió de la
“gravedad del error” porque al mismo
tiempo emite “señales encontradas” en un momento clave con Estados Unidos
presionando a Corea del Norte con el mismo argumento de la desnuclearización.
Aquí en
la Unión Europea (UE) tanto Francia, Reino Unido, Alemania como Federica
Mogherini, alta representante de la UE
para Asuntos Exteriores, aseveraron que continuarán en el JCPOA; así lo
reafirmaron igualmente tanto Rusia como China.
En medio de la estupefacción, la UE ha
convocado el martes 15 de mayo a una reunión extraordinaria con los ministros
de Exteriores de los 28 países miembros para
dialogar con su contraparte el
iraní Mohamad Yavad Zarif.
Ante todo le van a refrendar que el Pacto, sin
Estados Unidos, no está muerto sigue siendo viable y salvable si todos los
demás actores políticos internacionales están dispuestos a cumplirlo.
Pero al interior de la república islámica hay
un choque de trenes y de emociones contrarias entre conservadores, radicales y
moderados; el dignatario Rohani ha dicho que la Unión Americana no sabe
respetar las negociaciones internacionales “lo hemos visto con el Acuerdo del
Clima y ahora con el pacto nuclear con nosotros”.
Para
reubicar a Trump, la canciller germana Angela Merkel, bastante desencajada por
la decisión americana, afirmó que: “Irán está cumpliendo con los términos del
acuerdo y nosotros lo vamos a respetar y haremos todo lo posible porque Irán se
mantenga adentro; puedo decir que la OIEA ha confirmado que Teherán es fiel a
los términos pactados”.
Hay un
creciente malestar. El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, reaccionó
iracundo denunciando que “Estados Unidos
no puede tomar el papel de policía económico del mundo” y es que están siendo
estrangulados por todos lados: Trump no ha dejado definitivamente exenta a la
UE de los nuevos aranceles al acero y el aluminio, y ahora, si Europa se queda
apoyando a Irán en el pacto, todas las empresas, personas físicas y morales con
nexos de negocios, inversiones, flujo comercial con la república islámica serán
sancionados por el Departamento del Tesoro que ha concedido de plazo hasta 180
días para romper relaciones económicas con Irán.
Gracias
al pacto nuclear, la UE ha incrementado sus relaciones comerciales con el país
de los ayatolás: en 2015, el intercambio comercial con Irán sumó los 9.2
billones de dólares, en 2016 aumentó a 16.4 billones de dólares y el año pasado
creció hasta los 25 billones de dólares.
Directora
de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y
escritora de temas internacionales
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