POR
LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-IKEA, ¿por qué duda con
México?
El
anuncio es de lo más coloquial: “Bienvenido a la República Independiente de tu
casa”, es de la firma sueca Ikea dedicada a diseñar y rediseñar muebles con
todo tipo de materiales para casas que no son precisamente muy espaciosas.
Prácticamente
en la ciudad en la que se instala termina arrasando, se convierte en un hit con
hordas de consumidores organizados en plan family los fines de semana tanto
para comprar como para ver el catálogo de novedades.
El
concepto en general atrapa inmediatamente: productos amigables con el ambiente,
ligados con el desarrollo sostenible, provenientes de cooperativas de diversas
comunidades diseminadas por el mundo; además tiene un pull de diseñadores
artísticos y creativos que no escatiman en echar a volar su imaginación.
Los muebles
se compran sin ensamblar (un ahorro considerable en el precio final de los
mismos) tampoco hay cientos de trabajadores en los pasillos únicamente los necesarios para
proveer la ayuda y la información necesaria que requiere el potencial
consumidor.
En un
Ikea pueden pasarse horas y horas mirando inmobiliario para toda la casa así
como enseres, vajillas, manteles, cortinas… un largo etcétera porque está
pensado para aquellas personas que están reformando, diseñando o renovando el lugar
donde habitan.
De
acuerdo con información de la empresa, hasta el 31 de agosto del año pasado,
Grupo Ikea tiene 340 tiendas diseminadas en 28 países, aunque curiosamente no
ha desembarcado todavía en México.
No se
sabe la razón, muy seguramente tiene que
ver con su estrategia de mantener las ganancias y atrapar a esa masa de
consumidores en expansión y que en la mayoría
de los casos compran a crédito.
De
contar con un riguroso gabinete de análisis de riesgo puede ser parte de la
respuesta del porqué hasta este momento no
se han atrevido con el mercado azteca.
Son
muchos aspectos para valorar: la relación de los potenciales clientes con sus
historiales crediticios (en el caso de la compra a plazos), la fama de la
escasa cultura de pago que arrastra México; el tema de las tasas fiscales que
paga una subsidiaria extranjera y también la competencia.
Tomemos
en cuenta que quizá a esos cotos de poder que siempre terminan anidándose en el
país en diversos sectores, no quieran o no
les siente nada bien, que una foránea –con fama mundial- vaya a
quitarles un gran bocado del pastel.
Porque
(se lo firmo amigo lector) en cuanto Ikea pise tierra en México habrá millones
de personas de todos los bolsillos entrando a comprar y allí perderán desde El
Palacio de Hierro, Liverpool hasta Salinas y Rocha pasando por Grupo Elektra y
el inmobiliario que vende Fonacot.
A COLACIÓN
En
España, Ikea obtuvo ganancias por 1 mil 466 millones de euros como resultado de
su año fiscal del 1 de septiembre de 2016 hasta el pasado 31 de agosto.
Este
crecimiento del 5% de sus ventas que redundó en dichos beneficios demuestra lo
que menciono precisamente párrafos más arriba que es la forma espectacular de
penetrar y conquistar al consumidor, uno que además comprará una vez y a partir
de entonces le será fiel a la firma.
Esa es
un virtud tanto del marketing como de la relación precio-calidad y de cada
temporada sacan constantemente un catálogo tras de otro e incluso en algunos
mercados, como el español, mantienen en la actualidad una campaña para intentar
aminorar cierto sesgo de Ikea como sinónimo de bolsillos masivos pero tan
masivos que busca atrapar desde los segmentos salariales más bajos; y lo hacen
justificando que un mueble Ikea cabe en cualquier salón incluyendo el de una
excéntrica mansión. ¡Y nadie lo notaría!
Asimismo
en los últimos meses, en la lujosa calle de Serrano, en Madrid, la compañía instaló de manera temporal (a base
de prueba piloto) una tienda de tamaño razonable con sus mejores stocks; hasta la
gente más elitista ha ido a comprarles. Le apuesto que en cuanto entren a
México arrasarán…
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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