La periodista y corresponsal Claudia Luna Palencia foto del 6 de septiembre de 2018
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
-Prensa rompeilusiones
En la
actualidad, en tiempos de la política canalla, corren ríos de tinta cargados de
piedras pesadas dispuestas a lapidar con groserías, calumnias,
descalificaciones y un lenguaje soez al
gobernante en turno que no sea precisamente de su convergencia ni de su
simpatía.
La jauría
siempre al servicio. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump se queja
amarga y constantemente de las #FakeNews y señala visceralmente a los
periódicos de más raigambre en Norteamérica por, según él, estar en su contra y
criticarle hasta el más mínimo detalle.
No en
pocas ocasiones el inquilino de la Casa Blanca ha dejado fuera de las ruedas de
prensa a reporteros estelares de periódicos como el New York Times y el Washington Post… lo
ha hecho indebidamente actuando más como un empresario herido que se abroga “el
derecho de admisión” que como un presidente que, en el ejercicio público de sus
funciones, está bajo el escrutinio de la vox pópuli: esto es de sus votantes,
también de los ciudadanos en general y por supuesto de los contribuyentes.
Ha
obrado indebidamente al dejar afuera a uno, dos, tres o cuatro medios de comunicación porque el mundo merece conocer
la información que éstos van a contar desde la óptica del vaso medio lleno o
medio vacío.
Porque
los medios de comunicación no son poseedores de la verdad universal pero sí deberían ser una ventana transparente de la información
para que ésta llegue al lector, al televidente o al radioescucha lo más fidedigna posible.
El
cuarto poder sigue siendo el cuarto poder aunque hoy en días las elecciones se
ganan en las redes sociales se mantiene –por el momento- como un factor de
relevancia al menos para los sondeos de opinión, las encuestas políticas y los
dossiers de prensa del presidente y de otras dependencias.
Todavía
no se modifica dicha tendencia ni importancia. Los medios de comunicación
siempre han tenido su particular historia con el poder, veámoslo por ejemplo
con la Alemania Nazi: Adolph Hitler creó su propio aparato de prensa para
difundir sus ideas y su ideología.
No cejó
en perseguir a quienes no comulgaban con su propaganda y únicamente subsistió
la prensa que terminó rendida a sus pies y como vocera de su propaganda y de
sus tropelías.
También
la China de Mao Zedong contó con sus
brazos informativos además de los oficiales, ninguna prensa privada tuvo
libertad de expresión, igualmente encajonada en la visión nacionalista de la
Revolución Cultural.
La
libertad de expresión y de prensa son siempre muy necesarias sobre todo para
evitar que malos gobiernos se perpetúen en el poder; para evitar que a la gente
se le cuente mentiras porque una mentira cien veces no debe acabar siendo una
verdad.
A COLACIÓN
México y
España, dos países hermanados y que se parecen mucho sobre todo en temas de la
corrupción piramidal y mangante, sufren
también su particular canibalismo
político.
En el
país azteca, cierta parte de la prensa está temerosa por el futuro de sus
relaciones publicitarias con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador,
no saben a ciencia cierta, si después del próximo 1 de diciembre que él tomará
posesión se cortará el grifo de la publicidad oficial para todos los medios de
comunicación que no comulguen con el líder de MORENA.
Y flaco
favor le hace el presidente electo a comunicadores como Carmen Aristegui y José
Gutiérrez Vivó anunciando que hará todo lo que esté en sus manos para que ambos
regresen a la radio por la puerta grande. No pueden ni deben ni Carmen, ni José,
ni ningún comunicador, reportero o periodista convertirse en lacayunos de López
Obrador.
En
España, la carnicería está al despiece, después de la moción de censura contra
el presidente electo del PP, Mariano Rajoy, que terminó hace poco más de cien
días con la vuelta al poder del PSOE de la mano de Pedro Sánchez, utilizando un
recoveco constitucional cierto sector de la prensa ha iniciado una guerra
demasiado sucia respaldada además por filtraciones con grabaciones, audios,
cuentas, datos personalísimos de todos los miembros del Gabinete de Sánchez.
Lo que
viene a refrendar lo que muchos intuimos: que en España se tiene un Estado
policial y que todos los ciudadanos y residentes en el país ibérico son escuchados.
En
escasos tres meses, al nuevo presidente le han llovido problemas con varios
miembros de su Gabinete fundamentalmente por cuestiones personales y de tiempo
atrás; desde cuestionamientos por estudios realizados hasta conversaciones
privadas de más de seis años. Cierto sector de la prensa ha sacado el revólver
(como Clint Eastwood en sus películas del oeste) y ha empezado a disparar
información amarilla para tirar, uno a uno, a los ministros… ya lleva dos y están otros dos en
la cuerda floja. Así actúa el cuarto poder…
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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