POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
-Votar con la aritmética
Conformen
avanzan las elecciones y pasa el tiempo, la experiencia va dejando sendas
enseñanzas en el juego democrático-electoral: como si fuese una movida de
ajedrez es necesario meditarlo, bien a bien,
a quién votar y no dejarlo al simple capricho.
El
próximo e inminente llamado a las urnas en México, del 1 de julio, debe
dejarnos anticipadamente varias connotaciones a tomar en cuenta, la más
importante e inmediata implica salir del ostracismo.
La
verdadera democracia, su parte medular y toral, descansa en el pueblo, tal y como lo dice su etimología, demos pueblo y
cratos poder; el poder hoy por hoy reside en el voto ciudadano.
La
democracia debe además ser legitimada por mayorías no por minorías como viene
sucediendo no sólo en muchos países de América Latina sino también en países
quizá con mayor vocación democrática; lo hemos visto en los últimos cuatro años
en las elecciones en Grecia, Portugal, España, Alemania o Italia.
El paso
hacia atrás del ciudadano que decide quedarse en su casa durante la jornada
electoral es campo fértil para las minorías y los extremos que ven, en
cualquier rendija de debilidad, la más mínima oportunidad de asaltar el cielo
del poder.
El
problema es contar con gobiernos de minorías que gobiernan para todos sin
diferencia alguna y que llevan a cabo políticas que muy posiblemente serán
contrarias a los intereses de los que más suman; como suele suceder con las
políticas sociales o bien con la política fiscal.
El
argumento es, si usted amigo lector, a cuatro días de las elecciones está
pensando –o sigue dudando- en si votar o no, porque “no cree en la democracia”
o quizá no lo hará porque “es apartidista” y de hecho “todos le parecen igual
de corruptos” y encima “nada va a cambiar”. Muy probablemente contribuya a
empeorar las cosas.
En ese
cálculo aritmético razonado que es el voto, no ir a las urnas obrará en contra
de usted y de los intereses de su familia, porque su ausencia permitirá darle
más poder justo a los partidos y sus candidatos que menos le seducen.
Hay que
razonarlo e inclusive recurrir a las matemáticas para la repartición del voto
en el Congreso, en estos momentos, cuando se tiene al frente a un candidato que aventaja en las encuestas pero con una
personalidad mesiánica que compite por sus terceras presidenciales es menester
no darle todo el Congreso.
Vote por
quién usted quiera votar para Presidente, lo más aconsejable es diversificar el
voto para elegir diputados y senadores, concederle una mayoría absoluta en el Congreso a Andrés
Manuel López Obrador corre el riesgo de una regresión económica que termine
nacionalizando y volviendo a extender los brazos y las manos protectoras de un
Estado paternalista que tuvo su época y tuvo sus fracasos.
A COLACIÓN
También
está la fiabilidad de las encuestas unas que han fallado en las elecciones de
Estados Unidos, con el Brexit, también en Alemania y que en España desnudan a
un potencial electorado voluble que una semana pone a la cabeza de preferencias
a un partido de casi extrema derecha como Ciudadanos y ocho días después ubica
en la punta al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Para mí
las encuestas tienen una escasa validez definitoria máxime que vivimos bombardeados
de información en las redes sociales que segundo a segundo influyen en la mente
de un receptor que muy posiblemente creerá todo cuanto le envían.
Vote por
quién usted quiera votar pero hágalo pensando en el futuro no estamos en
tiempos de ideas retrógradas; con sendos desafíos, los millennials son los que están metiendo al poder a partidos
extremistas en Europa sean de derechas o de izquierdas.
Lo hacen
desencantados por no alcanzar el nivel de vida de sus padres ni el de sus
abuelos, por tener que trabajar más horas por menos dinero; perder derechos
sindicales y además quedar encorsetados en una sociedad a la que sienten que no
pertenecen porque demandan más igualdad, más equidad, más libertad de horarios
laborales, más tiempo para el ocio y la formación.
Demandan
más derechos y también hacer más por la ecología, el planeta, el medioambiente,
abogan por el matrimonio homosexual, por los vientres de alquiler, la gestación
subrogada y el aborto; mientras instituciones como el matrimonio la ven en
desuso. Ellos están moviendo al mundo no sólo como consumidores sino también
como electores, esencialmente en sus manos están las elecciones de este
domingo.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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