POR
LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-El México que todos
queremos
Ya sea
José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador, quien resulte candidato del
Frente Ciudadano por México o bien uno de los tantos independientes, la conquista del máximo sillón
del poder no será esta vez nada fácil.
Debemos
tomar en cuenta varias aristas internas y externas, el ciclo actual y las
variables endógenas y exógenas que están pesando en el ánimo de los potenciales
electores.
Primero
que nada, los Millennials, cada sexenio se suman más nuevos jóvenes votantes
pertenecientes a esa peculiar generación que está alterando el orden acostumbrado de las cosas.
Estos
muchachos y muchachas, a diferencia de sus padres y de sus abuelos, no le temen
al cambio, no quieren repetir la vida estresada padecida por sus padres que
viven hipotecados, endeudados y pagando en “cómodas mensualidades” desde la
primera hasta la última letra del alfabeto.
Tampoco
quieren la de sus abuelos que sacrificaron libertad para no padecer miseria y que
dejaron de exigir democracia para ajustarse el cinturón ante lo que hubiera al
alcance.
Los
Millennials no están casados con una ideología política per se, no son ni rojos
a morir ni blancos a rabiar más bien tienden peligrosamente a la apatía y por
eso todavía es más difícil seducirlos electoralmente hablando.
Así es
que las próximas-inminentes campañas
electorales deben contener un lenguaje fresco dejando atrás la misma absurda
retórica de siempre saturada de promesas francamente incumplibles.
Deben
tener un contenido práctico, el know how clarificador de cómo proponen el rumbo
para el país en el próximo sexenio, esos jóvenes milénicos que ahora han
alcanzado la mayoría de edad (y pueden votar) saben bien que, durante el
próximo sexenio, habrán salido de la universidad o de la escuela técnica y
demandarán condiciones de empleo.
Muchos
de ellos, inclusive, ya están trabajando
y quizá lo hagan con contratos temporales adquiriendo sus primeras experiencias
laborales, a ellos hay que darles certezas.
No basta
con la ristra de promesas, ellos no creen en la varita mágica, son prácticos:
si no se les llega al cerebro con un programa creíble, simplemente no votarán.
¿Qué
mensaje les dará Meade o López Obrador en campaña? ¿Cómo convencerles de que no
verán pasar ante sus ojos, otros seis años repetitivos de más de lo mismo?
A COLACIÓN
A los
factores internos de toda la vida: pobreza en más de la mitad de la población,
inequidad, desigualdad social, creciente población en la economía informal sin
prestaciones ni ahorro para el retiro; problemas con el peso de la deuda
interna dentro del PIB, volatilidad en la moneda considerada como emergente en el exterior más las implicaciones de seguir
contando con una economía no despetrolizada en su dependencia con las finanzas
públicas… a todo eso hay que añadirle la influencia del entorno internacional.
Y en el
ámbito externo, tampoco las cosas son muy boyantes ni clarificadoras, varios
outsiders están conquistando la cima del poder y la gente está votando a los
extremos sean de derecha o de izquierda.
La larga
crisis económica en Europa y Estados Unidos ha sensibilizado la piel de los
perdedores y castigados por ésta, por ende, están dejando sentir su inquina en
las papeletas en cada elección.
El tren
del populismo que antes corría sobre de los rieles de los países catalogados de
tercermundistas lo hace actualmente dentro de las llamadas economías más
prosperas del planeta.
La
llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y los ásperos
resultados electorales en las diversas citas europeas dan muestra de que hay (y
mucha) gente enojada con el establishment. No descartemos que, cualquier cosa,
pueda suceder el 2 de julio de 2018.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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