POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-La Tasa Google y las
pensiones
Todo
tiene una época y en la medida que se cambia de rumbo emergen nuevos centros
empresariales; grandes emporios multinacionales y transnacionales se convierten en amos montados al ras en el
lomo de una globalización siempre rebelde y a veces torcida.
Ese
inusitado metapoder lo ostentan actualmente las tecnológicas sobre todo las
ligadas con la comunicación y las redes sociales: Google, Twitter, Facebook,
WhatsApp, Instagram, Microsoft, Apple entre otras cuyos balances contables
suman muchos más ceros que los
presupuestos de varias docenas de países y que inclusive el PIB anual de varios
de ellos.
Las
tecnológicas de las características arriba mencionadas concentran un inusitado
control de las masas, un punto bastante importante de subrayar, dado que ningún
otro sector o industria habían penetrado a tal grado y con tal volumen en la
vida cotidiana de los seres humanos.
Sus
servicios son imprescindibles si bien son un arma de doble filo dado que
ostentan no sólo un metapoder económico sino también una fuerte capacidad de influir
en las masas en detrimento además de la democracia.
Las
penetra, las influye, las moviliza hay todo un submundo paralelo en la realidad
virtual bastante preocupante pero más aún manipulador a tal grado que entre los factores potenciales de
desestabilización social y civil son las redes sociales las que ocupan cada vez
más un papel de riesgo.
En la
Unión Europea (UE) llevan largos meses analizando cómo hincarle el diente a las
tecnológicas no nada más porque su quehacer desparrama como los tentáculos de
un pulpo gigante movilizando ingresos pecuniarios voluminosos aquí y allá pero llevándolos a
resguardo opaco –en paraísos fiscales- fuera de la ansiosa fiscalización de
Hacienda.
Hay una noticia
buena y otra mala: el club europeo se ha
puesto de acuerdo para evitar la evasión fiscal de estas preponderantes
multinacionales, y es que como informó el periódico ABC en 2016, Bruselas obligó a Apple a devolver 13 mil
millones de euros por concepto de ayudas fiscales. Eso marcó un nuevo camino
entre la relación de la UE con las multinacionales y transnacionales
tecnológicas.
Desde
entonces se estudia un impuesto, un gravamen, que bien podría entrar en vigor este
año a la llamada economía digital
prácticamente operada en manos de extranjeros.
Cada
gobierno europeo lo podría recaudar y destinar para aquel rubro del presupuesto
que más requiera detonar; en España, por ejemplo, la pata coja de las pensiones
con un déficit y al borde de la insolvencia podría obtener cierto oxígeno derivado de este
tipo de gravamen, se estima unos 5 mil millones de euros anuales.
A COLACIÓN
A juicio de la Comisión Europea (CE) para
gravar una tecnológica deberá cumplir: “Primeramente superar el umbral de 7
millones de euros de ingresos anuales en un Estado miembro; tener más de 100
mil usuarios en un Estado miembro durante un ejercicio fiscal; y que en un
ejercicio fiscal sean generados más de 3 mil contratos de servicios digitales entre la
sociedad y los usuarios”.
En España, el camino es claro al respecto de
este dinero, dado que el gobierno del presidente Mariano Rajoy intenta cuadrar
el círculo obteniendo 2 mil 100 millones de euros a partir de 2019 derivados de
la llamada Tasa Google que no es otra cosa que un impuesto directo en los
servicios digitales.
Con esta cantidad extra podría hacerse frente
al reajuste del 1.6% en las pensiones, un dinero que significa 3 mil 700
millones de euros extraordinarios para las arcas públicas.
No es
ninguna mala idea considerando los cuantiosos volúmenes de dinero, miles de millones
de dólares, que anualmente se embolsan los dueños de Amazon, Instagram,
Facebook, WhatsApp etcétera; al menos que todo este sin valor agregado que
desparrama ingentes cantidades de dinero sirva para fines sociales y económicos.
En 2017,
Facebook de Mark Zuckerberg, ganó la
friolera de 12 mil 800 millones de euros un 56% más respecto del año inmediato
anterior y Amazon va en contrapartida cerrando tiendas físicas para apoderarse
del espectro del merchandising virtual.
¿Por qué
si en España la Tasa Google tendrá como destino oxigenar a sus pensiones, no se
hace lo mismo en el caso de México? ¿Qué tal usar la Tasa Google para mejorar
la vivienda de las personas en pobreza o bien crear mejores escuelas públicas?
Amigo
lector no crea que olvidé la mala (noticia): desafortunadamente no será fácil
regular, ni limitar, la penetración de las redes sociales al menos que como en
el caso de China, Irán o Rusia de plano el gobierno central meta las manos
directamente para ponerlas en off. Aquí entonces tendríamos que hablar de hasta
dónde en efecto se coarta la libertad de expresión a fin de salvaguardar el
establishment.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
No hay comentarios:
Publicar un comentario