POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-Todos los periodistas
La Unión
Europea (UE) ha manifestado una sentida
preocupación ahora que empiezan a asesinar a diversos colegas en suelo europeo,
en el continente de la Ilustración y de hombres probos de sueños idealistas:
los enciclopedistas que dieron paso a “la libertad, la igualdad, y la
fraternidad”.
La UE se
sacude preocupada porque las violentas muertes de periodistas suceden en sus
huestes, y no debería, y entonces le parece que es momento de manifestarse vía
el Parlamento Europeo, para buscar a través de la legislación –de la mano de
las leyes- un paraguas de protección tanto para la libertad de expresión como
para aquellos profesionales que la defienden con honor.
Con
honor y con verdad, porque hay un abismo de diferencia entre el comunicador
servil que usa el gatillo informativo para defender tanto su posición
ideológica como la marca de su casa editorial sea radio, televisión o prensa
escrita.
La
jauría sólo sirve para descalificar, insultar, crear confusión, hacer alharaca sin
contribuir un ápice al periodismo; la jauría que se sirve del carné de
periodista sin merecerlo; simplemente se convierte en asesino a sueldo de su
empresa “porque o haces lo que te digo o te recorto el sueldo o te despido o
sin mí, el corporativo, tú no eres nadie”.
Después
del lado oscuro está el lado que cree en la verdad por encima de todas las
cosas, que se traga su posición ideológica y desmarca sus notas, despolitiza sus
comentarios y no editorializa nada más deja que la noticia por sí sola flote…
se eleve y tome su forma. Ningún lector, oyente o televidente sería si quiera
capaz de adivinar la posición ontológica, metafísica, política o ideológica del
periodista que hay detrás de esa información.
Lograrlo
es dificilísimo pocos son los agraciados que pueden hacer de su propio nombre,
su mayor activo de credibilidad, y en tiempos confusos y amenazantes, lo es aún
más.
Que la
UE se pronuncie esta semana a favor de buscar una forma de blindar el
periodismo y la libertad de expresión contra los nubarrones me parece que llega
tarde.
Muy
tarde porque así como el cielo es de todos, esto es, no está parcelado por
países sino que compartimos sus efectos positivos o negativos en todas partes;
así acontece con el periodismo: allá dónde es perseguido, cercenado, asesinado
o coartado un periodista, en detrimento se perjudica a toda la Humanidad. Nos
lacera a todos.
A COLACIÓN
El
periodismo es necesario para evitar atrocidades, para lubricar la democracia,
para evitar que únicamente se cuente la versión oficial de las cosas; para
darle a la gente opciones informativas.
Por eso
no debe haber ley mordaza, mucho menos en tiempos en que las #FakeNews han
surgido precisamente para crear confusión entre la gente; para diluir la verdad
y porque debemos evitar que una mentira contada miles de veces termine siendo
una verdad.
En
Europa llevan cuatro asesinatos de periodistas en menos de un año: en Turquía,
Jamal Khashoggi, entró en el consulado saudita en Estambul (el pasado 2 de octubre) para recoger unos papeles que necesitaba para
casarse en Turquía… y no volvió a salir.
Antes,
la comunicadora Victoria Marinova, su
cadáver fue hallado violado y con un gran golpe en la cabeza, cerca del Danubio
en la ciudad búlgara de Ruse.
La joven
Marinova conducía un programa de periodismo de investigación para el canal TVN,
y el pasado 30 de septiembre denunció en él un caso de corrupción por parte de
una empresa privada del sector de la construcción sospechosa por estafar con
fondos europeos.
Pero hay
más muertos: en febrero de este año, asesinaron a Jan Kuciak, el periodista
eslovaco, investigaba los nexos de la mafia calabresa con la política de
Eslovaquia. Lo batieron a tiros.
Y hace
un año, Daphne Caruana, periodista de Malta, murió por una bomba en su auto,
ella indagaba en los papeles de Panamá y en sus nexos con los empresarios de Malta.
Un periodista asesinado –no importa el sitio-
atenta contra la democracia y la salud cívica e informativa del mundo… porque
la libertad de expresión como el cielo, no está parcelado.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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