POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
-Europa a la defensa de
Europa
Será un largo y
difícil entendimiento entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), si todo
apunta –como parece- que Donald Trump querrá buscar la reelección para
mantenerse en el poder hasta 2025.
El diálogo entre
dos proteccionistas de piel ultra sensible siempre metiendo bajo el ala a sus
respectivos productores agropecuarios no será fácilmente fluido muy a pesar de
que los europeos buscan no enfrascarse en una guerra arancelaria-comercial con la Unión Americana.
Si bien hace
días, Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea visitó al
mandatario norteamericano en Washington, cita en la que sorpresivamente
terminaron más cordiales que nunca coincidiendo ambos en discurrir en un libre
comercio con cero aranceles, cero tarifas y cero barreras… la verdad es que
Juncker habló por él mismo no por los 28 países que representan al cónclave
europeo.
Imagino a
Bruselas plantearle a todas las naciones pertenecientes que sus productores
agropecuarios competirán “en carne viva” con sus contrapartes
norteamericanos, para empezar habría
sendas protestas de los productores de leche sean los franceses como los
alemanes por no decir lo que pasaría con los productores porcinos, ovinos y vacunos.
Trump le ha
lanzado un órdago a Juncker sabedor de que el político luxemburgués está
metiéndose en territorio pantanoso y que mientras rugen los fantasmas del
populismo en diversos países europeos, en estos momentos, plantear un libre
comercio a todo o nada equivale a que el pelirrubio le está dando una pistola
cargada con balas expansivas.
Lo que la
retórica del empresario del Partido Republicano verdaderamente pretende es que
Europa se desbarate que deje de ser un metapoder y un bloque de competencia
algo muy similar a las pretensiones del presidente ruso, Vladimir Putin.
Ya el delfín galo
Emmanuel Macron saltó molesto porque primeramente, aseguró, “no debe hacerse
una negociación comercial por la vía del chantaje, la amenaza o la
manipulación”; y segundo, porque no se puede signar un tratado de dejar pasarlo
todo, que termine socavando el sector primario europeo.
Tampoco prevalece
un cauce de entendimiento, ni en las formas ni en el fondo: la salida de
Estados Unidos de manera grosera de varios acuerdos torales como el Acuerdo de
París y el Tratado Nuclear con Irán no es más que el evidente desprecio a la
diplomacia europea y a su visión de lo que debe ser la geopolítica.
A COLACIÓN
Además del
reproche cansino de que Estados Unidos aporta muchísimo para la defensa Europea
en la OTAN, ahora la batahola pasará por Irán; desde la Casa Blanca esperaban
el alineamiento explícito de sus tradicionales socios y que una vez anunciada
la salida –nuevamente grosera- del Tratado Nuclear con Irán, la UE correría
presurosa a abandonarlo igualmente.
Pero no se han
ido… se han quedado sabedores de que las pláticas con el régimen de los
Ayatolás demoraron entre seis a siete años, la UE aportó dos mediadores de
valía como Francia y Alemania, debieron convencer al entonces mandatario Barack
Obama de que el camino para la paz pasaba por la distensión de las tensiones
acumuladas.
Así Irán con
varios avales internacionales se sujetó a un programa de inspección nuclear y
de observadores permanentes, tanto de la ONU como del programa de armas
químicas y nucleares, a cambio del levantamiento del veto comercial, de
inversiones y económico duramente impuesto por el Consejo de Seguridad.
Pues bien, ayer
el gobierno de la UE sacó pecho por todos los europeos personas físicas y morales que hacen negocios
con Irán y que de buenas a primeras no pueden salir corriendo –ni tampoco
quieren- de la nación persa porque el Tesoro estadounidense ya anunció que
impondrá sanciones a todas aquellas empresas que mantengan cualquier tipo de
vínculo y negocio con los iraníes.
Ha dicho que
habrá represalias para aquellos que no obedezcan que Estados Unidos desconoce
el pacto con Irán y que se atengan a la
reimposición de las sanciones norteamericanas.
¿Qué implica? Que
todas aquellas empresas, personas físicas y morales que desarrollen cualquier
tipo de trabajo con Irán tienen primeramente vetada la entrada a Estados Unidos
(ya le pasó hace poco más de un mes a Javier Solana ex titular de la OTAN);
segundo, que todas aquellas que tengan negocios con y en Estados Unidos serán
sancionadas si se les detectan lazos con los iraníes.
La UE dijo ayer
que defenderá legalmente a los suyos, que los protegerá ante las sanciones
norteamericanas; para ello Bruselas actualizó su legislación llamada “Estatuto
de Bloqueo” en vigor desde 1996 de tal suerte que con dicho paraguas las empresas
“podrán reclamar compensaciones por daños y perjuicios”. No obstante, no han
querido arriesgarse Peugeot, Siemens ni Total.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en
periodismo económico y escritora de temas internacionales
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