POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-El grito catártico
femenino
Violencia
de género, acoso, coerción laboral, discriminación salarial, discriminación de
género, menores oportunidades, mayor dificultad de acceso en el ámbito del
trabajo y por si fuera poco, al final del camino, se obtiene una menor pensión
aunque se vive mucho más tiempo que los hombres.
El de
ayer en España fue un enorme grito catártico: una huelga secundada por millones
de mujeres que salieron a las calles, en las principales ciudades del país
ibérico, para demandar una serie de acciones en pro de lograr una sociedad
verdaderamente más inclusiva, equitativa e igualitaria; así como terminar con
las brechas del salario, de las pensiones y las desproporciones en los
incentivos.
Hasta en la Bolsa de España hubo eventos
reivindicativos, en Bolsas y Mercados Españoles (BME) aconteció un toque de
campana por la igualdad de género, se hizo en colaboración con el Pacto Mundial
de Naciones Unidas; una iniciativa que se repitió en más de 60 países.
Se han difundido todo tipo de cifras desde las mujeres que se quedan en casa (que
no es menos trabajo por supuesto), de las que están inmersas en distintos
sectores laborales (doble trabajo considerando el que deben hacer en su casa)
hasta los números relacionados con la longevidad femenina y desafortunadamente,
su mayor vulnerabilidad, debido a la precarización.
Dice la
ONU que, en las guerras y conflictos civiles, son las mujeres y las niñas las
que peor parte llevan; a nivel global todavía queda tanto culturalmente que
cambiar, por romper añejos esquemas y fragmentar atavismos y viejas costumbres.
Hace
unas columnas atrás mencionaba que rumbo a 2020 subsisten países en los que el
voto femenino no existe o bien está bastante restringido, las féminas no
cuentan ni política ni electoralmente hablando; sucede aún en Catar y Kuwait y
con muchas restricciones en Bahréin, Arabia Saudita y Emiratos Árabes, que
apenas hace unos escasos años atrás comenzaron a incluir el voto femenino en
las elecciones.
Poco a
poco se ha ido saliendo de la invisibilidad a tropezones, básicamente lograr
ese derecho político ha sido muy útil, queda trabajar profundamente contra el
rezago socioeconómico de género y por la protección de los derechos de las
niñas y las mujeres quitarles ese crisol sexuado desde el que se les observa
siempre… por principio de cuentas.
Como cuando en su momento la mujer logró su
emancipación gracias a los movimientos de 1960 y 1970 en los que inclusive
además de rebelarse contra su rol lo hizo igualmente para expresar abiertamente
su opinión acerca del aborto y la píldora anticonceptiva.
Hay sociólogos en Europa que consideran que
estas nuevas manifestaciones serán un revulsivo para mejorar a la sociedad en
su conjunto y que desde luego sentarán las bases a favor de las nuevas
generaciones.
Yo en lo personal creo que conciliar el
trabajo con el hogar es una tarea
bastante complicada máxime si ésta se hace sola con los hijos sin ninguna ayuda
de por medio; sin ningún familiar cercano en quien apoyarse.
Me parece que en tiempos en los que se habla
de una paternidad responsable, de compartir las tareas educativas y del cuidado
de los hijos, cuando se reforman los contratos laborales para darle una
prolongación por permisos de paternidad a
los varones, debería hacerse lo
mismo para optimizar las condiciones laborales de las mujeres.
A COLACIÓN
Me
parece que los gestores de las políticas públicas deberían dejarse de tanta
hipocresía comenzando por destinar más gasto social a la construcción de
guarderías, pienso en los millones de
mujeres que deben dejar a sus hijos solos para irse a buscar el sustento
cotidiano porque no tienen más opción.
También crear
leyes marco que eviten que un empleador -público o privado- cese a una
embarazada bien porque intenta evitar el pago correspondiente de gravidez o
porque la está desechando al verla más como una carga futura que como un activo
productivo.
Me
vienen a la mente tantas mujeres inteligentes, preparadas, que han acumulado experiencia
y responsabilidad pero que llegan a los 50 años y encabezan las listas de
desempleadas o bien permanecen ubicadas en las primeras filas de recortes,
porque al enviarlas a casa con una prejubilación forzada, el empleador reajusta
sus costos.
Ser mujer
es harto difícil y complicado, además de ser multitask tampoco tenemos derecho
a enfermar menos si somos autónomas y cabeza de familia; creo que si tuviésemos
una sociedad en todos los sentidos, de hombres y mujeres valiendo lo mismo en
oro molido, para comenzar las leyes laborales y patronales deberían reconocer
que la mujer padece de síndromes premenstruales que, al menos en su primer día
de regla, le incapacita para desempeñarlas. Eso sería tener una sociedad justa.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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