POR LA ESPIRAL
Claudia
Luna Palencia
@claudialunapale
-La algarada catalana
El meollo no
es todo lo que pasó el día de ayer, es la aventura incierta de todo lo que
podría acontecer a partir de hoy en España porque el Gobierno del presidente
Mariano Rajoy tiene por obligación institucional, jurídica, constitucional,
política y moral responder con mayor inteligencia y conciliación al vituperio.
Lo que subyace en juego es la estabilidad nacional
de un país que apenas va recuperándose, amacizando la confianza de la gente y
de los inversionistas hacia su macroeconomía y microeconomía. ¡Y ahora esto!
El espectáculo de ayer en Cataluña ha sido
bochornoso ya le dio la vuelta al mundo, y hasta con sorna, Nicolás Maduro,
presidente de Venezuela, llama dictador y represor al mandatario Rajoy.
Llega el momento de hablar en plata: de descomponerse más el
mosaico político interno de la nación ibérica se pone en riesgo la recuperación
económica por el lado de las inversiones directas.
El turismo no se ahuyentará salvo por una etapa de
vandalismo callejero violento, pero de no ser así, la gente seguirá visitando
España en su conjunto; siendo Barcelona el principal imán para el paseante
foráneo.
No obstante, hace unos días, el Banco de España,
emitió con preocupación un análisis que ponía énfasis en el riesgo para el PIB
y las inversiones, si desbordaba la tensión entre el Govern de la Generalitat y
la Moncloa.
También JP Morgan
puso el acento en el mismo tema: “La correduría financiera desaconseja invertir en España por la crisis
de Cataluña”. Su significado es un balde
de agua fría para los empresarios y sus empresas.
No nada más el runrún ha paralizado cierta toma de
decisiones que involucran activos físicos en Reino Unido tras el Brexit y las
crecientes protestas ciudadanas multitudinarias como la de este fin de semana
en Manchester pidiendo revertir el resultado del Brexit.
Sino que ahora hay empresarios que no saben si
continuar o no en Cataluña y muchos otros con intenciones de expandirse en el
país ibérico que es miembro de la Unión Europea.
Hay que buscar un remedio para Cataluña de nada
vale ya reprocharse y autoflagelarse por el pasado inmediato, por los años de
adoctrinamiento de la escuela catalana en los educandos con clases impartidas
en catalán y no en castellano.
A COLACIÓN
Pensemos en soluciones para este atolladero: ni
balas ni bofetadas ni intervención militar ni kale borroka. Pedro Sánchez,
presidente del PSOE, propone una España federada una conformada por muchas
naciones.
Primero partamos de que Europa es uno de los
continentes más localistas que existen, adentro de cada país hay determinados
grupos que defienden su propia historia, idioma, idiosincrasia, cultura y
tradiciones.
Muy posiblemente de cara a 2100 habrá muchos países
confederados al estilo de Suiza, el modelo helvético ha funcionado durante
largos años, formado por diversos cantones que conservan sus usos, costumbres e
idiomas y que conjuntados -como si fuesen piezas de un puzzle- forman Suiza.
Federación o confederación empero no basta con las comunidades autónomas como
están actualmente en España, los fuegos van creciendo y el de Cataluña es una flameante
hoguera. Habrá que convocar a los constitucionalistas y reformar la
Constitución para darle a España una nueva cara que impida su fragmentación en paisitos.
Lo que es imperdonable es tener a un presidente
huidizo como Rajoy escondido en las
enaguas de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santa María y debajo del
escritorio del ministro del Interior. La situación es tan escabrosa que España
podría llegar a tener elecciones Generales adelantadas.
Directora de Conexión Hispanoamérica,
economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales
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